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1931 años de padecimientos
Desde la destrucción del Segundo “Bet Hamikdash” en Jerusalem no cesaron las calamidades y sufrimiento de la nación israelita.
Este acontecimiento fue previsto y anunciado por los Neviim, quienes advirtieron de las fatales consecuencias en caso de no producirse una rectificación de la conducta popular en la más grave de las transgresiones que es el odio injustificado “Sinat Jinam”.
El Creador dejo en nuestras manos la reparación de situación.
Nuestros sabios dictaminaron que cada generación en que no se reconstruyese el Bet Hamikdash es tan culpable como la generación que lo destruyó.
Este maldito virus del “Sinat Jinam” contamino y sigue contaminando generaciones en las que hay, al igual que antaño, estudio de la Torah, cumplimiento de los preceptos y solidaridad.
Pero continua el “Sinat Jinam” con mutaciones infinitas del virus, muchas veces disfrazado de santidad.
Debemos erradicar este virus y la salvación será inmediata, como el Creador nos transmitiera a través del Naví Eliahu, quien nos anuncio que la redención sería hoy mismo, si escuchamos Su voz y eliminamos odios, divisiones, envidia y todo tipo de sentimientos negativos.
De todos nosotros depende, dejemos las declaraciones altisonantes y asumamos cada uno nuestra responsabilidad.
El Creador de todo lo existente nos envía advertencias como la crisis internacional, el brote a nivel mundial de la gripe porcina, y no queremos entender estas advertencias y retornar a la senda que en forma clara y precisa nos indica en el texto de la “Torah” (Ley para toda la humanidad) entregada como depositarios a su “pueblo elegido” para ser ejemplo y trasmitirla ecuménicamente.
Tomemos conciencia y actuemos de inmediato para bien de todos, unidos y respetando el “Amaras a tu prójimo como quieres que te amen a ti”.
De este modo veremos en nuestros días la redención total.
Felicitamos a nuestro colega “Comunidades” por su periodismo independiente, luchador incansable contra todo tipo de extremismos y fundamentalismos, y en particular a su co-diretor Alberto J. Rotenberg por su nota editorial “Voz no sos la voz”.
Shalom U Berajá-
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